noviembre 13, 2013

Lo que la maternidad me ha enseñado.

Se supone que como madre, tengo mucho que enseñarle a Sebastián. Pero la realidad ha sido que él ha llegado a mi vida a enseñarme tantas cosas, bueno, a enseñarnos. Es increíble lo que en estos 7 meses hemos aprendido de él. Y ni pensar en todas las lecciones de vida que nos faltan por aprender. Estas son solo algunas de las enseñanzas que la maternidad me ha brindado. Cada día aprendo algo nuevo. Cada día es diferente al anterior. Cada día con Sebastián es una nueva aventura...

1. He aprendido a reír con el alma y el corazón. Ver a un bebé sonreír, especialmente a tu hijo, hace que tu mundo se ilumine al instante. Ahora que Sebastián ríe a carcajadas, siento como una inyección de felicidad instantánea. ¡El ríe con sus ojos, con su boca, con su alma! Como dice mi mamá, es la mejor medicina para el mal humor y la depresión. ¡El me ha enseñado a reír de verdad!

2. He aprendido a tener paciencia, mucha paciencia y simplemente dejarme llevar. Definitivamente una lección que Sebastián vino a enseñarme. Yo no soy muy paciente que digamos, si no todo lo contrario. Me gusta ver los resultados rápidos. Con un bebé hay que desarrollar la paciencia. Muchas veces me propongo mil cosas para el día, tengo la agenda fríamente calculada, pero Sebastián tiene otros planes, el quiere invertir el día de una manera distinta. Simplemente respiro, y decido dejarme guiar por la agenda de él. En algún momento del día habrá espacio para mi lista de cosas por hacer. A fin de cuentas, él crece en un abrir y cerrar de ojos y yo no quiero perderme ni un minuto del proceso.

3. He aprendido a luchar por lo que quiero. Cada día para Sebastián es un día de trabajo. El se esfuerza para lograr sus metas. Sentarse, gatear, pararse, y caminar agarrado han sido sus logros en estos últimos meses. ¡Tremenda tarea! Pero él todo lo hace con una sonrisa. Ver su cara de satisfacción al lograr sus metas es incalculable. Así debemos ser de vez en cuando...perseverantes. 

4. He aprendido a valorar las oportunidades. Le agradezco a Ajonel que me haya dado la oportunidad de ser yo quien cuide a Sebastián día a día. Poder disfrutar de cada sonrisa, cada logro, cada mirada. Ser yo quien lo eduque. Poder ver su sonrisa al despertar de cada siesta. Disfrutar cada caricia que me hace cuando se toma su lechita. ¡Soy bendecida! 

5. He aprendido a admirar cada pequeño logro. Nunca me había puesto a pensar como funciona nuestro cuerpo, como nos vamos desarrollando y perfeccionando habilidades. Ver a Sebastián lograr metas de desarrollo es algo increíble. Ahora entiendo esas mamás que brincan de la alegría por que su bebé se volteo, o comenzó a gatear, a pararse, ¡a correr! La realidad es que es un trabajo arduo. El simple hecho de llevar un objeto de una mano a otra, es un ejercicio grande para un bebé. 

6. He aprendido que no debemos juzgar a otras madres. Es fácil sentarse en un sofá y criticar a otra mamá por su "errónea" forma de criar. Pensamos que nuestro método es el mejor y correcto (especialmente cuando no tenemos hijos). Aprendí que no hay método correcto. Cada situación es distinta. Cada familia es diferente. Cada niño es único. Lo importante es amarlos y educarnos para educarlos. 

7. He aprendido a ser agradecida. Al convertirme en madre he realizado la labor increíble que hizo, hace y sigue haciendo mi maravillosa madre. Hoy más que nunca le estoy agradecida, la admiro y la respeto. Soy quien soy por ella, por su amor y sacrificio. Ella es mi maestra, mi ejemplo a seguir. Espero ser para Sebastián todo lo que ella es para mí. 

Sé que me esperan años llenos de cosas por aprender, y recibiré cada lección con los brazos abiertos. Sé que algunas lecciones serán agradables, y otras dolorosas, pero al final cada una me hará mejor persona, mejor amiga, mejor compañera y sobretodo mejor madre. 

Cuéntame, ¿que te ha enseñado la maternidad?  :)








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