octubre 02, 2013

5 meses, un catarro y un diente.

El quinto mes ha sido uno intenso. Cada mes trae cosas maravillosas, nuevos trucos aprendidos, pero también mucha ansiedad por lo nuevo y desconocido. Es increíble como Sebastián va cambiando a través de los meses.

Para empezar, volvimos a Puerto Rico, está vez, solo Sebastián y yo. El viaje fue uno rápido, fui tan solo por una semana para compartir con los abuelos. Pero a mitad del viaje, Sebastián se me enfermó con el primer catarro. Yo vivo agradecida de que Sebastián sea un niño fuerte y saludable, y verlo por primera vez sintiéndose un poco mal no fue nada agradable. Estoy consiente que es normal que coja catarritos, y más cuando medio Puerto Rico estaba enfermo. Pero no quita que como madre primeriza sufriera al verlo tan congestionado y sin poder dormir bien (¡resultando en que yo tampoco pudiera dormir bien, y eso también me pone triste!) Sumando que el calor era insoportable lo cual añadió un "rash" en la piel. Fuera de esos inconvenientes, ¡fue rico estar en "casa"! Para mi no existe nada mas refrescante que pasar unos días con la familia. Y más aun verlos disfrutar a Sebastián. Ya para esta visita Sebastián estaba mucho más activo que tres meses atrás obviamente, lo cual fue más divertido. Se reía con todos y disfrutaba de la nueva compañía. Mama was so proud! 

Cuando regresamos a Miami, Sebastián nos dió dos sorpresas. Primero, ¡ya aprendió a sentarse solito! Una vez lo hizo, fue como si lo supiera hacer de toda la vida. Ahora hace su "military crawling" mezclado con un poco de yoga, se sienta para descansar unos segundos y continua en su aventura de recorrer la casa. Es algo tan fantástico ver como va creciendo y mostrándonos su personalidad. Cada día es mas divertido. Muestra un interés enorme en alcanzar las perras, pero ellas son lo suficiente listas como para huir al primer intento de perder la cola o una oreja. 

Y la segunda sorpresa... ¡ya viene el primer diente! Sebastián pasó hace unos días una noche horrible. No paraba de llorar, lo que es súper inusual en él. Intentamos de todo por calmarlo, y nada. Al final, desesperados, le dimos un poco de Tylenol (luego de buscar la dosis adecuada, claro está.) Fue lo único que más o menos logró calmarlo. Al otro día, él decidió usar mi dedo como "teething toy" y voilà!, sentí algo punzante en su encía. ¡Su primer diente! La pura verdad, no estoy tan emocionada por el diente. El ha sufrido en cantidad, y no es gracioso verlo así. Y para añadir a mi sufrimiento, hemos perdido tres noches de sueño. Al final, hice la matemática. Para su 2ndo año debe tener 20 dientes, y si pierdo tres noches de sueño por cada diente, son 60 noches sin dormir en el próximo año y medio. Hemos probado a mi entender de todo, amor de sobra, el Vibrating Teethervarios anillos fríoslas pastillas homeopaticas, que son buenísimas, y los food feeders con un hielo adentro, entre otros más; pero si tienes alguna sugerencia que nos ayude a batallar con el malestar del diente, ¡bienvenida sea! :)


¡Su reacción al saber que ibamos de visita a Puerto Rico! :D


Se portó como un campeón mientras le dabamos sus terapias de agua salina. 
Aliviando el malestar de los dientes.


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