marzo 25, 2015

Yo era una excelente mamá, antes de ser mamá.


No recuerdo donde escuché esa frase, pero cuan cierto es. Antes de tener a Sebastián recuerdo bien que llegué a hacer comentarios o criticas de como yo haría las cosas con mis hijos si los llegase a tener. Tal vez nunca hablé de nadie en particular, pero si juzgué, señalé y critiqué ciertos métodos de crianza. Por ejemplo, no sé ni cuantas veces critiqué a esas mamás que les daban los celulares a los hijos para que se entretuviesen. Ja! Quien me ve ahora!!!!... ese celular es el único que me da "break" de ir al baño o de tragarme un almuerzo a las tantas de la tarde. O es el único que controla a Sebastian en el "car seat" cuando ya esta harto de estar sentado y amarrado y no existe la opción de sacarlo. Y claro está, tampoco tenía planeado que viera televisión, aunque no lo hizo hasta poco más del año. Pero ya para esa fecha corría y brincaba por todos lados, y para mi la televisión era la "nanny" a la hora de cocinar. De no prender el televisor lo tenía frente a la estufa tratando de tocar las hornillas calientes y la hora de almuerzo se convertía en una guerra de ¡¡¡no toques, ten cuidado, eso está caliente, no te trepes ahí!!!

Imaginé que pasaríamos los días sentados en una colcha rodeados de cojines de colores leyendo libros por horas. Y claro que leemos... pero no por horas ni de la manera que yo me imaginaba. Otras veces me he despistado y Sebastián se ha lastimado, (si no recuerdan el accidente del destornillador pueden leerlo aquí.) o lo he encontrado trepado en el "counter" de la cocina abriendo las gavetas, buscando comida porque he estado tan ocupada que no me di cuenta que ya era hora de almorzar y el pobre niño tiene hambre.

También pensé que iba a ser fácil tener niños y mantener la casa en completo orden, todo era cuestión de organizarse y de tener un lugar para todo. Sencillo. Nada más de escribirlo no puedo evitar reírme a carcajadas en mi cabeza. Hoy mi casa es un pequeño desastre.... y llevo limpiando toda la semana. Nada es como pensé que sería... es mucho mejor.  Yo no soy la mamá que pensé que sería... soy mejor de lo que creí, porque crío con amor. No tengo todas las respuestas como pensé... pero estoy aprendiendo en el camino. A lo que me refiero es que es fácil juzgar, criticar y señalar cuando no estamos ahí, cuando no tenemos niños. Hoy mis días son totalmente distintos a como imaginé, pero me los estoy disfrutando. ¡Estoy presente, somos felices! Y para mí eso es lo realmente importante. :)


3 comentarios:

  1. Me encantó. Y es la pura realidad, las casas de nosotras las madres son un perfecto caos! Pero que feliz nos sentimos rn medio de ese caos.

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    1. Gracias Debby! Que bueno leerte por aquí! :) Que viva el caos!! xoxo

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  2. Tienes mucha razón, es muy fácil nadar fuera del agua. :D

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