junio 07, 2013

Segundo mes. Llega la calma.

El segundo mes fue de recuperación total. Empezamos a caer en tiempo. Al fin nos disfrutábamos a nuestro pescaito. El trauma y las frustraciones del primer mes comenzaron a irse poco a poco. ¿Lo mejor del segundo mes? ¡Ver a Sebastián sonreír! No hay nada que te prepare para ese momento. Donde quiera lees que te enamoraras de su sonrisa, la gente te dice "deja que se ria, te vas a derretir", etc, pero no hay palabras para describir esa primera sonrisa de ese pedacito de cielo. Desde ese momento supe que mi hijo haría conmigo lo que le diera la gana. Imagínense, ¡si es que se ríe hasta con los ojos! Si, si, si, típica madre, ¡no me importa! ;) 

Físicamente Sebastián continua pareciéndose a su padre, todo el mundo se encarga de restregármelo en la cara. Aunque valga aclarar que luego de decir "que bello, es igualito a papá", añaden, "aunque la nariz es de mamá", con cara de resignación. Aun no entiendo que tratan de decirme. Jum!

Papá y yo estamos comenzando a trabajar en equipo, lo cual ha hecho que todo sea mucho más fácil. Yo me levanto en las noches a atender a Sebastián y Ajonel hace el primer turno de la mañana, de esa manera yo puedo dormir un ratito más. Le da lechita, y lo deja dormidito antes de comenzar a trabajar. En la noche Papá le da su baño, el cual le encanta, y luego le doy un masaje y lo preparamos para lo hora de dormir. Nos hemos mantenido firme en la rutina. No ha sido fácil pero nos esta rindiendo frutos.

¡Esa sonrisa me tiene loca de amor!

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